[anécdotas olímpicas] Al agua por una boda

por Sara Estévez Blanco, 2ºB
 
El nadador Jean Boiteux hizo prometer a su padre, en las olimpiadas de 1952 (Helsinki), que le dejaría casarse con su novia si ganaba.
Su padre, era un señor llamado Gaston que, vestido con camisa blanca, corbata y boina, se lanzó a la piscina para abrazar a su hijo antes incluso de que terminaran la prueba todos los nadadores. La escena en la que Gaston y Jean se abrazan y lloran, y la foto en la que el joven ayuda a su padre a salir del agua simbolizaron como ninguna otra el sentido humano y sentimental de los Juegos Olímpicos de antaño, los de antes del profesionalismo y la supercomercialización.
Jean Boiteux, que tenía entonces 19 años, se había convertido con su victoria en el primer francés campeón olímpico en natación.
 Lo logró y su padre se tiró al agua vestido y con boina para felicitarle.
Boiteux se retiró después de los Juegos de Melbourne 56, donde quedó sexto en la final de 1.500 metros, y se estableció en Burdeos, donde se convirtió en entrenador y asesor técnico y presidió durante años el club de natación Girondins.
Murió el 11 de abril a los 76 años en Burdeos al caerse de un árbol al que le estaba cortando una rama.
Mira el video de aquella final:
 
 

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